Después de la publicación de la Catequesis y políticas sobre algunas cuestiones sobre la teoría de género, en el año 2022, la arquidiócesis inició un diálogo con líderes de la Iglesia acerca de cuál sería la mejor manera de apoyar a personas que están experimentando “la incongruencia de la identidad sexual” y a sus familias. Se emitió una invitación amplia a líderes católicos para discutir el asunto, obtener sensibilización de las experiencias pastorales, y también descubrir cuales recursos y mejores prácticas serían útiles para que la Iglesia proporcionara.
El resultado de este diálogo fue 198 respuestas a una encuesta, cinco sesiones de escucha con 39 líderes, y múltiples sesiones de retroalimentación con 23 líderes acerca de los diversos elementos que se estaban desarrollando. La arquidiócesis, además, investigó una amplia gama de aspectos científicos, psicológicos, morales y sociológicos alrededor de este tema, dentro y fuera de la Iglesia y de Milwaukee. Entrevistas bilaterales con personas que estaban experimentando esta “incongruencia de la identidad sexual”, psicólogos expertos, líderes de ministerios católicos nacionales, y padres, familiares y amigos, que arrojaron nuevas perspectivas a esta experiencia y a la manera en que la Iglesia podría interactuar con estas personas.
Entre las numerosas respuestas de este diálogo surgieron varios temas.
Escuchamos que existe la necesidad de tener una visión “enfocada en la persona” para relacionarse y servir a las personas que experimentan “la incongruencia de la identidad sexual”.
Muchos líderes mencionaron que no saben la manera en que la Iglesia debería responder a personas que experimentan la “incongruencia de la identidad sexual” o cómo sería atender a una persona con esas experiencias. Nuestros líderes están buscando una visión concreta acerca de la manera de relacionarse con personas que viven esas experiencias y piensan que esto debería incluir una disposición que atienda la dignidad de cada ser humano.
Hay un deseo de emprender el viaje juntos, invitando a cada persona a (re)descubrir su identidad definitiva en la persona de Jesucristo y a vivir como Sus discípulos.
Nuestros líderes desean responder a la persona y guiarla fielmente a acercarse más a Jesucristo. Aunque las opiniones sobre el tema y los enfoques varían entre los líderes, todos los líderes parroquiales y escolares quieren acoger con dignidad a las personas que tienen esa experiencia y mostrarles el amor de Jesucristo a través de una relación y cuidado auténtico. Los líderes de la Iglesia desean que aquellos que están experimentando está dinámica sean felices, saludables y santos. También los líderes desean que esas personas encuentren el amor de Jesucristo y experimenten un florecimiento humano pleno dentro y en todos los ámbitos de la Iglesia.
Escuchamos que hay un anhelo de ser hospitalarios con personas, familias y amigos que están navegando en esos asuntos complejos al mismo tiempo de permanecer fieles a Cristo y a las enseñanzas de la Iglesia.
Una persona viviendo esta experiencia puede descubrir que “la forma en cómo se identifican ellos” es la parte menos interesante sobre él o ella, y observar que la vida incluye mucho más que esta experiencia. Ellos tienen en sus vidas verdaderos deseos de fe, familia, amistad, comunidad, carrera, pasatiempos, etc. Muchos han hablado de una creencia fuerte en Jesucristo, o al menos una apertura a una relación con Él. Desafortunadamente, a veces su experiencia con y la percepción de miembros dentro de la Iglesia católica han provocado que ellos se vayan a otro lado.
Existe la necesidad de proporcionar una capacitación avanzada sobre como servir a personas que experimentan “la incongruencia de la identidad sexual” y a sus familias, así como cultivar recursos adicionales espirituales y de salud mental.
Hay varias complejidades alrededor de estas conversaciones: psicológicas, sociológicas, teológicas, culturales, generacionales y políticas. Muchas personas con esta experiencia manifestaron sentirse “alienados” en sus cuerpos antes de la pubertad. Esas experiencias incluyeron sentimientos de miedo, vergüenza e incertidumbre, que persisten aun cuando el “transgenerismo” se ha normalizado cada vez más en la sociedad. En algunos casos, también han existido asuntos de salud mental. La influencia de las redes sociales y su uso cada vez mayor entre las generaciones más jóvenes es algo que no debería ignorarse.
Los líderes desean recibir directrices más prácticas sobre la manera de cuidar a personas experimentando “incongruencia de la identidad sexual” y las mejores prácticas para entablar conversaciones culturales más amplias sobre este asunto.
No es raro, que personas y familias abandonen la parroquia, la escuela o la fe católica por el tema del “transgenerismo”. Estas experiencias han dejado a algunos líderes sintiéndose solos o “en una isla” cuando enfrentan las dificultades provocadas por estas situaciones. Algunos líderes han fracasado en sus intentos de ser fieles a la Iglesia cuando tratan con personas viviendo esta experiencia; otros luchan con lo que la Iglesia enseña referente a la sexualidad humana. La realidad es que, sin importar el tipo de cuidado o la experiencia de los líderes en tener estas conversaciones, las personas siempre se han alejado de Cristo y Su Iglesia por esos asuntos y continuarán haciéndolo.
Pudimos escuchar la necesidad percibida de brindar apoyo, guía, y recursos a las familias, especialmente padres, que están pasando por estas situaciones complejas.
Los padres, familiares y amigos de personas que experimentan “incongruencia de la identidad sexual” enfrentan desafíos considerables. Ellos desean que sus seres queridos sean conocidos y amados por Cristo y por la Iglesia. Ellos aman a esta persona en su vida, quieren lo mejor para él o para ella, y quieren tener una relación con la persona. Los desafíos únicos que surgen con los cambios de nombres y pronombres, las etapas de “transición” y los asuntos de salud mental con frecuencia dejan a los padres, familiares y amigos, buscando los recursos para dar la mejor respuesta y cuando han recurrido a la Iglesia para obtener recursos prácticos y orientación, las respuestas no han sido satisfactorias.
Muchos líderes desean contar con un apoyo continuo cuando ellos enfrentan desafíos únicos mientras intentan implementar la Catequesis y políticas sobre algunas cuestiones sobre la teoría de género.
Este diálogo es de suma importancia para los líderes de las instituciones eclesiales. Nuestra sociedad está cada vez más abierta a la “Teoría de Género”. Desde los pronombres preferidos hasta las competiciones atléticas y la promoción ideológica, hay una aceptación cada vez mayor de la “Teoría de Género”. Esta aceptación es comunicada ampliamente a aquellos quienes han sido confiados al cuidado de la Iglesia, principalmente nuestros niños. Existen una variedad de situaciones en las cuales los asuntos de transgenerismo complican el ministerio de la Iglesia: con quien, y dónde duermen los participantes en un retiro de Confirmación, quien compite contra quien en una competencia y hasta cómo se identifican ellos como una escuela secundaria católica, para nombrar algunas. Considerando que no hay dos situaciones iguales, los líderes necesitan apoyo personalizado y continuo cuando se enfrentan a una situación concreta sobre esos asuntos.
AVANZANDO
La arquidiócesis, basada en estos hallazgos, ha creado prioridades para guiar su respuesta continua a los asuntos relacionados a la “Teoría de Género”:
Doug Ulaszek Associate Director of Evangelization & Catechesis
414-758-2211 ulaszekd@archmil.org
Very Reverend Javier I. Bustos Vicar for Healthcare
414-429-2235 bustosj@archmil.org
3501 South Lake Drive St. Francis, WI 53235